martes, 4 de octubre de 2011

LOS RIESGOS DE SER DIPUTADO

Hace pocos días, leyendo uno de los periódicos digitales que recibo diariamente, me encontré en la misma edición, con tres noticias producidas en diferentes países, todas referentes a la suerte corrida por diputados, miembros de las respectivas cámaras legislativas locales.

La primera noticia que leí era originada en Honduras y se refería al fallecimiento del diputado por Choluteca don José León Castillo, quien falleció en un accidente vial en el sur de Honduras, cuando se dirigía a San Pedro Sula para participar en una sesión del Congreso Nacional itinerante por el Norte.

La muerte del señor Castillo se sumaba a la de los diputados nacionalistas por Copán Gustavo Adolfo Alvarado a causa de un infarto en enero de este mismo año y la de Juan de Jesús Deras Madrid, asesinado en diciembre de 2010.

La segunda noticia se refería a un diputado en Brasil quien fue engullido por una anaconda  cuando viajaba en una lancha por el río Amazonas. La glotona serpiente lo sorprendió y se lo tragó casi de inmediato. De acuerdo con  la viuda del diputado, éste había viajado para esconder una fuerte suma de dinero en la selva. El diputado era un legislador de Santa Catarina.

La tercera noticia venía de México y narraba que un legislador de la oposición mexicana, de nombre Moisés Villanueva, diputado federal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por el estado de Guerrero y quien se encontraba desaparecido desde hacía casi dos semanas, había sido hallado muerto al lado de una carretera, en una zona montañosa, justo cuando los partidos se preparan para las elecciones presidenciales y la violencia del narcotráfico atemoriza al país.

Buscando profundizar en esta última noticia, me encontré con que en México casi todos los años, desde ya hace tiempo, uno o más diputados mueren por diversas causas, pero casi todas violentas, accidentes viales, asesinatos directos, secuestros seguidos de homicidio, etc.

Todo ello me hace pensar que esa labor tan apetecida de ser diputado lleva implícitos muchos riesgos, en parte derivados de la frecuencia con la cual deben viajar, pero más que todo porque al convertirse en figuras públicas que ganan suculentos salarios, empiezan a vivir una vida de opulencia que les hace apetecibles a los secuestradores.

Por otra parte, pueden ganarse enemigos fácilmente al apoyar leyes que afectan intereses. Enemigos que buscarán cualquier oportunidad para desquitarse, y ese desquite lleva aparejado el uso de medidas extremas, como en el caso del diputado mexicano recientemente secuestrado y asesinado.

Otros como el diputado brasileño, que obtienen dineros de dudosa procedencia lo cual les lleva a adentrarse en la selva para esconderlos, se arriesgan de ser devorados por los peligrosos animales que allí pululan. Pienso que ya sentado en una curul si soy tentado con un dinerito a favor de alguna causa particular, mejor guardarlo en un banco, ya que si me descubren puede que vaya a una cárcel, pero marcharé vivo y no a contribuir al proceso digestivo de una serpiente buscando almuerzo.

También reflexiono que antes de ir a estrellarme sólo por ir apurado a una reunión legislativa, es preferible dedicarse a alguna tarea menos agitada o arriesgada. Buscar una diputación parece implicar el hecho de colocarse en una posición pública donde puede haber demasiados riesgos para la salud y la integridad personal. ¡¡Pensándolo bien, yo mejor paso!!