viernes, 16 de septiembre de 2011

GRITOS E IDENTIDAD CULTURAL

Ha pasado otro 15 de septiembre, una fecha cívica que celebra nuestra independencia de España. Una independencia en que dejamos de ser colonia de la llamada “Madre Patria” para pasar a ser parte, primero del proyecto independentista mexicano de Iturbide y luego de la República de Centroamérica, ya que no fue sino hasta 1838 que nos constituimos en república por derecho propio.

La celebración de esta fecha, desde que tengo uso de razón, se caracteriza, empieza y termina, por desfiles. Desfiles de colegios secundarios que se preparan con bandas marciales, escuadrones de alumnos y pomponeras o palillonas como les decimos habitualmente. El punto de destino de los desfiles es el Estadio Nacional de Tegucigalpa donde en tribuna de honor los espera el Presidente de turno y miembros de su gobierno.

Pero este año ya hubo una celebración en paralelo, el denominado desfile de la Resistencia, seguidores del ex-presidente Zelaya Rosales, alumnos y maestros de los colegios públicos que se han declarado “independientes” del Ministerio de Educación y otras organizaciones que no comulgan con el gobierno de turno o se sienten excluidos por el mismo. Entre estas organizaciones la de los gais, que haciendo gala de vistosos vestidos y otras ropas que destacaran sus atributos físicos encabezaron la marcha por el bulevar Morazán. Los símbolos el “Che” y “Chávez”.

Otra novedad de este año fue el “Grito de Independencia” que lanzó el presidente Porfirio Lobo Sosa en la medianoche del 14 de septiembre, haciendo imitación del “Grito de Dolores” que tradicionalmente se lanza en México en el primer minuto de cada 16 de septiembre para conmemorar el llamado que hicieran el cura Hidalgo y otros, a levantarse en armas contra el imperio español.

En la celebración de este grito hondureño hubo bastante improvisación. Para empezar no refiere a ningún hecho o personaje histórico como en México. De hecho, la independencia del dominio español a los centroamericanos nos cayó de rebote, sin disparar ni un tiro. Es más, nuestros países fueron anexados al Imperio de Iturbide sin mucha consulta o democracia. Pensamos que este nuevo elemento de conmemoración es otra de las tantas ideas que se le ocurren a alguno de los cercanos al mandatario de turno y se lleva a cabo sin buscarle mucha explicación.

Lo lamentable, desde el punto de vista cultural, es que muchos de los artistas que acompañaron al presidente Lobo se vistieron de charros y charritos para interpretar canciones de nuestro país amigo. Brillaron por su ausencia las manifestaciones culturales propias, que aunque pocas, las hay.

Mi estimado amigo Osvaldo Espinal, en su página de Facebook, llamó la atención sobre el tema y levantó polvareda, recibiendo buena cantidad de respuestas a su queja sobre la poca o nula manifestación cultural hondureña, ya que se festejaba el llamado cumpleaños de la Patria y eso hubiese sido lo apropiado.
Pienso que lo anterior, es un nuevo llamado a la conciencia nacional, a las autoridades educativas y culturales del gobierno, para que de una vez por todas, definan estrategias que nos permitan formar y consolidar una verdadera identidad cultural, con muestras de todo el territorio. La pequeñez de nuestro país no es excusa. Hay más países pequeños que nos dan cátedra en materia cultural musical, Jamaica, Puerto Rico, Bolivia, Cuba, Nicaragua.

Quizá estos artistas nacionales que acompañaron al presidente Lobo, son producto de la dependencia cultural musical que tenemos del país norteño. Esta dependencia tiene siglos y obviamente es difícil zafarse de ella. Y luego hemos caído derrotados ante el influjo cultural de otros países como Estados Unidos y últimamente, Puerto Rico con su reggaetón y su bachata que nos han invadido igualmente sin disparar.

Ojalá esto fuese tema de discusión en el Ministerio de Educación y el de Cultura para que conjuntamente con los padres de familia, hicieran el esfuerzo de forjar y consolidar una identidad cultural propia que trascienda el sique. Necesitamos independizarnos al menos culturalmente, ya que en materia geopolítica somos un mero satélite periférico.

Nos encantaría que el próximo “grito”, si se llega dar, se acompañe con nuestra música, con artistas de lo nuestro, con temas que nos hagan sentir orgullosos de ser hondureños. Ojalá alguien recoja el guante.